Ya de vuelta a la vida cotidiana me he puesto manos a la obra con el mural que pintaba en mi patio trasero. Ahora es muy buena época para trabajar en él ya que no hace tanto calor (bueno, esto días estoy empezando a dudar) y tampoco ha llegado el frío. Además el patio está en sombra casi todo el día.
Empecé por darle color a la pared blanca que rodea los arcos, ya que esta pared está prevista en color arena o similar. Sin hacer esto no podía pintar los arcos y ya estaba deseando ver el efecto.
Una vez hecho esto, ya sí "manché" la arcada para tener una primera visión del efecto, y es esta que veis en las fotos.
Ahora ya viene el trabajo duro y bonito, del que me queda todavía mucho, y que es darle forma a la piedra, encontrar el color idóneo y que definitivamente quede con el aspecto que yo quiero: que parezca que te asomas por el balcón a ese paisaje.
Por ahora he empezado a entonar la parte izquierda que ahora se ve un poco más trabajada. Espero no perder el ritmo, y que no haya muchos días lluviosos seguidos, que ralentizan mucho el trabajo.