martes, 29 de septiembre de 2015

109. Retratos de Helena y José Manuel

Los dos retratos terminados.
Os presento en esta entrada los retratos de dos niños, hermanos. ¿Qué cuento yo de este trabajo? Pues que en realidad empezó hace como cinco o seis años el proyecto de retrato de Helena, la niña. Por fin este verano entre boda y boda pudimos ponernos manos a la obra.
Lo primero fue la elección de la foto adecuada, acordada con la madre que se implicó en el proceso desde el principio guiándome en cosas concretas que quería reflejar en el retrato.
Se eligió una foto espontánea de Helena, un momento de felicidad mientras miraba un animal en un zoo, que le produjo una expresión dulcísima y feliz que fue captada por la cámara.
Me decidí por los tonos azules y ocres, que son muy suaves y adecuados para los retratos de niños.
Antes de ponerme con el retrato en sí, hice unos bocetos para elegir los tonos, la ropa, el fondo...

Originariamente en el boceto le puse una mano, que se descartó luego.

Se barajó la posibilidad de ponerla con otra ropa. También se descartó.

Este es el boceto que finalmente se eligió para el cuadro final.

Este es un boceto hecho a lápiz y acuarela. Finalmente se hizo todo en acuarela.

Decir que la realización de bocetos fue crucial, ya que a la hora de abordar el retrato grande fue facilísimo modelar la carita después de conocer los pros y los contras de algunas luces, sombras, colores,...


Sobre estas líneas el retrato manchado, sin trabajar todavía los ojos.

El retrato con su boceto.

Detalle

Retrato final.
Inmediatamente después de terminar, me puse a trabajar en el retrato del hermano de Helena. Es un niño muy pequeño, pero con las facciones ya muy definidas. Es muy dulce, rubio, con lo cuál requería un retrato muy suave. Las fotos, al contrario que para el trabajo de Helena, fueron elegidas muy concretamente (José Manuel parece ser que es difícil de fotografiar, a igual que muchos niños de esa edad) ya que disponían de muy pocas. La elegida estaba borrosa, pero cuando hice un boceto, resulta que quedaba muy bien. Creo que precisamente esa poca definición hacía que se pudiese hacer un retrato suave, ya que los rasgos estaban difuminados, y nos quedamos con lo verdaderamente importante. Con una buena combinación de colores, que fueron elegidos "a juego" con el de Helena, finalmente quedó muy bonito.

Boceto para retrato de José Manuel.

Retrato terminado.
 
Retrato en proceso.



sábado, 19 de septiembre de 2015

108. ¿Cuándo está terminada una obra?







No lo sé.
Creo que todos los que alguna vez, ya sea profesionalmente o no, hemos empezado un cuadro, dibujo, ilustración, cartel o portada, hemos llegado a ese punto en el que nos preguntamos si ya está terminado o podemos seguir un poco más. Por lo menos a mí me pasa constantemente.
Todo se complica si el trabajo es para otros, un encargo o si es trabajo personal. Y si ya nos metemos en si es realista, abstracto o una libre interpretación ya nos perdemos (algunos hasta piensan que puede influir el signo del zodíaco, si eres virgo, jamás estará terminado).
He utilizado la acuarela que encabeza esta entrada porque llegó un momento en el que me pareció que los colores y su disposición eran perfectos, entonces ¿sigo trabajando y llego a algo digamos "hiperrealista"? Haciendo esto perdería la frescura que creo que he conseguido con mancharlo y también lo quiero expresar con ella: un momento espontáneo, cazado entre los dos niños (no he tardado más de una hora en hacerlo, y mide unos 24 cmsx20 más o menos).
A veces en los retratos, sobre todo si son por foto, la tendencia es intentar que quede lo más fiel posible, y continúo trabajando más allá del punto en el que está esta acuarela. Y llega un punto en el que me doy cuenta que haga lo que haga no se va a notar. Ese es el momento en el que considero que está acabado.
Pero ¿y si hemos empezado el trabajo con una entonación de color que ya dice mucho por sí misma? ¿Y si decidimos no perder esa frescura y dirigir nuestra obra hacia otro lugar?
Eso pasa mucho con los bocetos de retratos, a veces por dicha espontaneidad dicen más que es trabajo terminado. Son pequeñas obras en sí mismas.
Muy muy complicado. Podría seguir divagando sin llegar a ninguna conclusión así que cada nuevo trabajo es una aventura.
Lo que sí sé es que esta acuarela llevada más allá no sería la misma, y así pensé que está preciosa.

domingo, 13 de septiembre de 2015

107. Madrid en meseros de boda

Y otro trabajo más para bodas.
En esta ocasión me encargaron unas acuarelas de rincones de Madrid para decorar las mesas. Hice dos versiones de ellas, unas con la leyenda, que fueron descartadas, y otras sin el nombre que fueron las utilizadas finalmente para la boda.
Todas ellas las pinté en Galicia, en mi tierra, este verano y ha sido muy agradable y relajante hacerlas.
Además los clientes me pidieron tonos cálidos en general y no demasiado detalladas. Para mí que han quedado un poco "impresionistas", con mucho colorido,...
Todas ellas las pinté en Galicia, en mi tierra, este verano y ha sido muy agradable y relajante hacerlas.
Estas acuarelas quedan para mí como un recuerdo especial ya que hacerlas por duplicado y casi en un tiempo récord ha sido una hazaña, una hazaña bonita, un reto.
Atocha con letra, que fue descartada


Cibeles elegida para la mesa





Estas sin letra fueron elegidaa para las mesas

Sin letra, acuarelas definitivas


Sin letra, definitivas para la boda. 


Todas estas con letra fueron descartadas